Casa Angelita, “tradición y gloria bendita”, es una recreación de las antiguas casas de comidas, un lugar donde tapear en una buena barra; no es un sitio para sobremesas importantes, porque apenas hay y no está pensado para reservar.
El nombre del bar es un homenaje a Ángela, la típica «chicuca» que ha hecho de todo: desde cocinera, a camarera, regentando su negocio durante años, y por eso este es nuestro mejor homenaje a ella.
La carta tiene platos fríos, como: Ensaladilla de gambas, anchoas, espárragos de Navarra, y cosas de aliño; unos chocos muy buenos, sardinas en vinagre o un clásico como es, el tartar de atún rojo y los chicharrones de atún de elaboración propia. Diferentes frituras como “el choco» o «el cazón» en adobo, pavía de bacalao, croquetas de jamón ibérico o pollo en adobo con vino de Jerez.
También se puede degustar platos para vegetarianos, una magnífica tabla de ahumados con esturión de Granada o una tabla de quesos, que nos ofrece un recorrido del norte al sur de España, siendo todos sus productos de primerísima calidad.
La decoración de Casa Angelita lleva el sello de Gaspar Sobrino, bien conocido en la provincia por su trabajo en otros restaurantes y espacios gastronómicos. Un local clásico, castizo, pero con un toque moderno y contemporáneo, lleno materiales nobles como el barro, la cuerda, la madera y azulejos de los de antes.
Castizo pero con glamour, de la “España de toda la vida”; un local que como el vino con el tiempo será aún más bonito.