Si hay una fiesta que rebosa religiosidad, devoción y tradición, esa es la Semana Santa de Sevilla. Durante una semana se representa y conmemora la pasión, muerte y resurrección de Cristo. 70 hermandades procesionan por las calles de la ciudad, y 60 de ellas lo hacen hasta llegar a la Catedral de Sevilla. Su importancia no solo abarca Sevilla y España, sino que ya traspasa fronteras; por eso, es desde 1980 Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Las hermandades realizan estación de penitencia como muestra de culto. Estas procesiones están reguladas por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, que realiza los trámites necesarios para que las carreras oficiales (las rutas que hacen los pasos) se lleven a cabo. Estas rutas comienzan en la Plaza de la Campana, siguen por la calle Sierpes y continúan por la Plaza de San Francisco y la Avenida de la Constitución para terminar en la Catedral de Sevilla, por la que entran por la Puerta de San Miguel y salen por la Puerta de Palos.
¿Cómo empezó todo?
El origen de las hermandades se remonta a la Edad Media, aunque es a partir del siglo XVI cuando tienen más presencia fuera de los templos. Las primeras procesiones iban hasta las iglesias más cercanas, aunque se estableció más tarde que las hermandades realizarían sus procesiones hasta la Catedral de Sevilla, y las de Triana hasta la Iglesia de Santa Ana. Fue en 1830 cuando la trianera Hermandad de la O cruza el puente para seguir en procesión hasta la catedral.
No todo ha sido un camino de rosas para la Semana Santa de Sevilla, sobre todo durante el siglo XIX debido a la invasión francesa, la desamortización de Mendizábal o la Revolución de 1868. Durante este siglo se cerraron o destruyeron un gran número de templos religiosos.
Es a finales del siglo XIX cuando las hermandades vuelven a resurgir, gracias a la restauración borbónica española, y se las comienza a valorar como un atractivo turístico que beneficia a la ciudad en general y a su economía en particular.
Las cosas volvieron a torcerse en el siglo XX mientras gobernaba la Segunda República. Las hermandades decidieron no salir en procesión para evitar enfrentamientos. Sin embargo, la Hermandad de la Estrella de Triana fue la única que lo hizo y el paso de la virgen recibió disparos por ello. Por el hecho de incumplir la resolución de no salir en procesión, a la Hermandad de la Estrella también se la conoce como “La Valiente”.
Después del éxito de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) en 1934, las cofradías vuelven a salir sin problemas de sus iglesias. Con el paso de los años, crecen en importancia y en número.
¿Cómo se organizan?
Vamos a conocer un poco cómo se organiza el cortejo procesional. Al comienzo de la procesión una banda de música puede abrir paso delante de la cruz de guía. La cruz de guía da comienzo a las procesiones, acompañada de un par de nazarenos que portan faroles. Detrás se inicia el cortejo de nazarenos que realizan penitencia con varas o cirios. Además, sacan a la calle todo el patrimonio de la hermandad (enseres, estandartes, el libro de reglas y la propia imaginería). Los pasos con las imágenes religiosas son portados por los costaleros, guiados por un capataz con su cuerpo de auxiliares. Tanto el capataz como los costaleros realizan un gran esfuerzo para transportar el paso al ritmo de la banda de música. Las túnicas de los nazarenos varían según la hermandad a la que pertenezcan.
No debemos olvidar un elemento fundamental de la Semana Santa sevillana: la música. La gran mayoría de cofradías tienen banda de música que se sitúa al final de los pasos y toca piezas procesionales. No obstante, las hermandades de silencio solo son acompañadas por música de capilla o sin música, lo cual resulta sobrecogedor.
Días de Pasión
La Semana Santa de Sevilla se divide en los siguientes Días de Pasión: Viernes de Dolores (primer día en el que salen nazarenos), Sábado de Pasión, Domingo de Ramos (este día es el pistoletazo de salida a las hermandades que realizan estación de penitencia), Lunes Santo (los pasos evocan momentos de la vida de Jesús), Martes Santo y Miércoles Santo (los pasos recuerdan distintos instantes de los últimos momentos de Jesús), Jueves Santo (cuando Jesús vivió la Última Cena, fue traicionado por Judas Iscariote y fue arrestado), La Madrugada (la noche del Jueves al Viernes Santo, cuando Jesús tuvo el juicio ante Poncio Pilatos, es flagelado, se le coloca la corona de espinas, se le condena a muerte y camina con la cruz a cuestas hacia el Calvario, donde más tarde sería crucificado), Viernes Santo (se conmemora la Pasión y muerte de Jesús, tras la cual se le baja de la cruz y se le lleva al sepulcro), Sábado Santo (día en el que se espera la Resurrección) y Domingo de Resurrección (también conocido como Domingo de Pascua, se produce la resurrección de Jesús y su salida del sepulcro).
Si tenemos que destacar algún día en concreto de la Semana Santa de Sevilla, esa es La Madrugá, donde salen las 3 hermandades con más cantidad de nazarenos de toda la Semana Santa. La hermandad de la Macarena con cerca de 2.500 nazarenos; la hermandad del Gran Poder, con algo más de 2.000 nazarenos; y La Esperanza de Triana, con 1.800 nazarenos aproximadamente. Son hermandades que salen de madrugada y hacen su entradas ya con el sol puesto en Sevilla.
Devoción y mucho más
La Semana Santa de Sevilla es todo eso y más: devoción, solemnidad, olor a incienso y curiosidad que se mezcla respetuosamente con el recogimiento.
La gastronomía también tiene su papel importante durante estos días: son muy típicas las torrijas con miel, los pestiños y los garbanzos de vigilia. Se llaman así porque no llevan carne y, según la tradición católica, los viernes de Cuaresma no se permite comer carne.
Si te apetece conocer Sevilla como nunca antes la habías visto, ¿a qué estás esperando? En TUDESTINO te aseguramos que la Semana Santa de Sevilla debe vivirse al menos una vez en la vida.