El Marco de Jerez ofrece al turista la posibilidad de experimentar la cultura del vino. ¡Sus bodegas son las más visitadas de Europa! Los vinos de Jerez, universales y milenarios, no te dejarán indiferente. Hoy hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Juan Mateos Arizón, Director de Enoturismo y RRPP del Grupo Caballero, quien nos ha atendido en uno de los emblemas del grupo: las Bodegas Lustau.
Nuestro pequeño cuestionario a Juan Mateos Arizón de Bodegas Lustau
¿Podrías contarnos un poco la historia de esta bodega?
Nace en 1896 como bodega de almacenistas. Eran pequeños productores de vinos que envejecían en una pequeña viña a las afueras de Jerez, viña de Nuestra Señora de la Esperanza. Don José Ruiz Verdejo era el propietario. Él lo que hacía era vender vino a grandes bodegas de exportación. Los vinos que vendía le hicieron ganar mucha relevancia. Finalmente, su hija María Ruiz Verdejo se casa con Emilio Lustau. Es el yerno de Don José el que decide invertir en el negocio, trasladando la producción que tenían en la viña al centro de Jerez y convierte esta pequeña bodega en una bodega de exportación en el año 1940, aproximadamente. De ahí viene el nombre Lustau; el origen del apellido es francés.
Es en el año 1990 cuando la Familia Caballero adquiere Lustau. Caballero es el propietario y fue una apuesta por una marca de calidad de vino, ya que ellos tenían su sede en El Puerto de Santa María y elaboraban principalmente vinos y brandys de Jerez, como el Ponche Caballero. Para hablar de la historia de Caballero hay que remontarse a 1830. Don José Caballero do Lago, desde el norte de España (Galicia) al término municipal de Chipiona. Después pasa a El Puerto de Santa María comprando la bodega John William Bourdon, que eran exportadores de vinos de Jerez, y crean la sociedad Caballero.
En los años 60-70 crean el ponche Caballero, que ha sido el licor más vendido en toda España, vendiendo más de 10 millones de botellas. Convirtió esta botella en un icono: la primera botella plateada de espejo que nadie tenía.
¿Qué tipo de visitas ofrecéis?
Caballero tiene la sede en El Puerto de Santa María y, además de las bodegas que tenemos en la calle San Francisco, tenemos el Castillo de San Marcos. En él se ofrecen visitas en invierno durante la mañana, pues está abierto de martes a sábado; y en verano todos los días: abrimos de domingo a domingo y se ofrecen visitas tanto de mañana como de tarde. El Castillo tiene unas 20.000 visitas al año, y Lustau unas 10.000 visitas.
Enoturismo siempre se ha hecho. Desde que Jerez comercializa con los vinos, muchos eran los extranjeros que venían aquí. Antiguamente se hacía de manera altruista porque las personas venían a hacer negocio. Entonces se les enseñaba la bodega, se les daba a probar vinos, porque eran clientes o futuros clientes, hasta que el concepto cambió. Cada vez venían más turistas buscando sol y playa a la zona. Entonces, estos señores convirtieron las visitas en negocio. Venían extranjeros que querían vivir una experiencia en torno al vino. Nosotros tenemos unos 10.000 o 12.000 visitantes al año. Son personas muy orientadas al vino. Por orden de países están Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, algunos franceses y nacionales, aunque no demasiados.
Estamos enfocados en ofrecerles una experiencia basada en nuestros vinos, y se degustan 6 vinos diferentes. Las personas que enseñan la bodega son personas que se han formado en el Vino de Jerez y que tratan de transmitir una experiencia al visitante.
¿Qué tipo de personas os visitan?
El perfil del público de Lustau, siendo dos poblaciones muy cercanas El Puerto de Santa Maria y Jerez, es mucho más selectivo. Aquí vienen buscando la experiencia enológica.
Claro que Lustau es un referente a nivel internacional: tiene unos vinos de mucha calidad y muy bien posicionados en Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. Lustau vende solo en la ciudad de Nueva York más que en toda España. Se consume tanto allí porque lo utilizan para cócteles.
¿Organizáis algún tipo de evento a lo largo del año?
Aquí se organizan eventos como bodas, cenas y almuerzos, entre otras. El cliente puede traer su propio catering, aunque nosotros siempre contratamos uno que es impecable, con el que llevamos trabajando muchísimos años.
Queremos agradecer enormemente a Juan Mateos Arizón, de Bodegas Lustau, por concedernos esta entrevista y permitirnos conocerle un poco mejor.