Casi aún sin reponerse uno del todo de la Semana Santa, una o dos semanas después llega la Feria de Abril. Esta es, sin duda, la fiesta sevillana por excelencia. Es el acontecimiento del año para muchos sevillanos, españoles y extranjeros; tal es el interés que despierta. Es más, está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. ¡Ahí es nada!
La Feria de Abril se celebra durante una semana en el barrio sevillano de Los Remedios, en un recinto de grandes dimensiones conocido como Real de la Feria. Este recinto es casi un laberinto (sobre todo, cuando ya lleves encima algún que otro rebujito…), con un sinfín de calles, donde están colocadas las numerosas casetas. Por estas pasan casi medio millón de visitantes (¡cada día!), jinetes y coches de caballos.
Al lado del recinto se encuentra la Calle del Infierno, el lugar donde se instala un parque de atracciones con una considerable cantidad de atracciones (“cacharritos” para los sevillanos). Su nombre viene por el infernal ruido que se produce en esta zona debido a la música, las atracciones en sí y la gran cantidad de gente.
¿Sientes curiosidad por saber cómo se originó la gran Feria de Abril? Continúa leyendo, que te lo contamos.
Los orígenes de la Feria de Abril
Tenemos que remontarnos al 25 de agosto de 1846 para conocer los orígenes de la Feria de Sevilla. Resulta que dos empresarios establecidos ya en Sevilla, uno catalán y el otro vasco, pidieron al Ayuntamiento poder celebrar una feria agrícola en la ciudad. Se autorizó con un decreto de Isabel II y, finalmente, pudo llevarse a cabo el 18 de abril de 1847 en los Jardines del Prado. ¡Fue todo un éxito!
Tenían una destacada naturaleza ganadera y mercantil, pero los sevillanos y las sevillanas las convertían en una gran fiesta con sus bailes y sus cantos. Así, con el paso de los años, la importancia comercial fue disminuyendo y la fiesta fue ganando envergadura. A partir del siglo XX la feria ya perdió su carácter agrícola, y sus más de cien casetas se utilizaban para comer y pasarlo bien. Fue en el año 1949 cuando se colocó la primera gran portada de entrada a la Feria y, desde entonces, cada año se realiza una que se ilumina por la noche.
Es en 1973 cuando la Feria se traslada al lugar donde se celebra hoy, al Real de la Feria en el barrio de Los Remedios. Lo que en un comienzo fueron un centenar de casetas ahora se han convertido en más de mil. En un principio, las casetas eran algo muy parecido a un establo. Sin embargo, mientras pasaban los años y la feria iba adquiriendo un ambiente más festivo, se convirtieron en lo que son hoy: unos recintos con paredes de tela donde se baila al son de las sevillanas (muchas de ellas tienen un tablao) mientras deliciosas tapas y frescos rebujitos van y vienen. Estas casetas son públicas o privadas: a las públicas puedes entrar sin problema, pero para las privadas debes tener una invitación o ir con alguno de sus socios.
Gastronomía y mucho más
La Feria de Abril también tiene su propia gastronomía: durante la madrugada del sábado al domingo se celebra la noche del pescaíto: se ha convertido en tradición comer estas sabrosas frituras de pescado. En las casetas abundan las tapas de jamón ibérico, de chacinas, de quesos, de marisco, de tortilla de patatas… Para almorzar, lo usual es preparar guisos típicos andaluces, como las papas con choco, la caldereta o los garbanzos con bacalao. Es muy típico también comer en cualquier momento churros o buñuelos con chocolate caliente. ¡Qué hambre nos ha entrado!
No hay que olvidarse, por supuesto, de las bebidas con las que vamos a acompañar estos manjares: el fino de Jerez de la Frontera, la manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, la cerveza fresquita o el popular rebujito, típico de Andalucía. Según la localidad donde se prepare, el rebujito tiene su propia receta. Normalmente lleva vino fino o manzanilla con refresco de gaseosa o hierbabuena.
En cuanto a la vestimenta, las mujeres suelen acudir con el traje de flamenca. Se trata de un vestido entallado, largo hasta el tobillo, adornado con volantes bien en las mangas o bien en la falda y cuyo diseño más aclamado es el de lunares. Los hombres, por su parte, suelen llevar el traje corto andaluz, con sombrero, chaqueta corta, camisa, pantalones y botas; o simplemente traje de corbata.
La Feria de Abril está muy unida a los espectáculos taurinos, pues desde sus orígenes las corridas de toros se han programado coincidiendo con la Feria. La temporada taurina comienza dos semanas antes del inicio de la Feria en la Plaza de Toros de la Maestranza.
Hay que vivirla
Te podrás imaginar el constante ir y venir de gentes por el Real de la Feria, las ganas de pasarlo bien y la alegría en las caras de todos. Esto no cambia por las noches; pero lo que sí cambia es que las luces que se encienden hacen que el Real sea digno de ser contemplado y vivido: la portada de la entrada a la Feria se ilumina, los farolillos y las bombillas alumbran todo el recinto y la Feria de Abril se convierte en un espectáculo de luz y color.
Si nunca has ido a la Feria de Abril, desde TUDESTINO te aseguramos que debes vivirla al menos una vez en la vida. Si ya has ido antes, estamos seguros que no hace falta decirte que tienes que repetir la experiencia. La Feria de Sevilla tiene algo especial que siempre te hará querer volver.