La casualidad trajo al cordobés Antonio Gordillo a cumplir el servicio militar a Cádiz. Este oficial de joyería comenzó a ocupar sus ratos libres trabajando en una joyería local situada en la calle Sagasta, 46. Tras acabar el servicio militar decidió asentarse en Cádiz, quedarse con la joyería y darle sus apellidos.
El camino no ha sido fácil. A lo largo de los años ha tenido que aprender a adaptarse a las diferentes situaciones que iban sucediéndose en España.
Gordillo supo sortear todos estos obstáculos con éxito, y transmitir la calidad y la ilusión a sus clientes. Estos encontraban en sus escaparates una parada obligada debido a la diversidad de sus obras.
En 1980 inauguraron la joya de la corona: su local situado en la calle San Francisco, 33. Con 300 m2 y 10 escaparates, Joyería Gordillo se ha convertido en todo un referente para los gaditanos en lo relativo a la joyería y relojería de alta gama.
La hija de Antonio Gordillo, Esther, ha tomado el relevo de su padre. Ha sido la encargada de diseñar parte de la colección que exhiben en sus tiendas. A estas se les sumó en 2006 otra en la Avenida Cayetano del Toro, 2.
Esther, gemóloga y tasadora, conoce bien los entresijos de este mundo y la forma en la que la casa Gordillo se ha abierto camino entre los gaditanos. El trabajo duro, el trato personalizado y ser los más vanguardistas tiene recompensa y ellos lo saben.
Joyería Gordillo ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos que corren, trasladando sus conocimientos al mundo tecnológico.
A sus tiendas físicas se suman una página web de venta online, con información detallada de todos sus productos. Además, también han creado un blog donde informan a sus clientes de las últimas tendencias y novedades en joyería mundial. Aparte de todo esto, organizan diferentes eventos en sus joyerías con el único fin de acercarse aún más a sus clientes.